Cuidado con lo que le hagas a una paloma te podría reconocer en la calle

Un estudio revelo que las palomas tienen la capacidad de reconocer a las personas por sus caras.
Investigadores demostraron que palomas de ciudad son capaces de recocer personas. Su trabajo fue presentado en la conferencia anual de la Society for Experimental Biology.
En oportunudades anteriores se había demostrado que estas aves son capaces de realizar sorprendentes actividades, pero siempre frente a palomas amaestradas, al contrario de esta ocasión en la que el estudio se basa en aves sin adiestramiento.
La investigación fue realizada en una plaza en el centro de París donde las palomas fueron alimentadas por dos investigadoras muy parecidas entre sí. Una de ellas sólo las ignoraba y las dejaba que comieran, mientras que la otra era hostil y las perseguía, luego esta misma investigadora dejó de perseguirlas.
El experimento se repitió en varias oportunidades y se pudo observar que las palomas fueron capaces de reconocer a las investigadoras y siguieron evitando a la que las ahuyentaba.
Luego se hizo un intercambio de batas para confundir a los animales, pero estos seguían prefiriendo a la investigadora que sólo las alimentaba. " “Es muy probable que las palomas reconocieron los investigadores por sus caras, ya que los individuos eran mujeres y de una edad, complexión y color de la piel similares,” dijo la doctora Dalila Bovet, co-autora de este trabajo de la Universidad de París Ouest Nanterre La Défense.
“Curiosamente, las palomas, sin adiestramiento, utilizadas de forma espontánea, reconocían antes las características más relevantes de los individuos (rasgos faciales, probablemente), en lugar de las batas de laboratorio que cubrían el 90% del cuerpo”, agregó la doctora.
Esta capcidad podría haberse desarrollado luego de la gran cantidad de tiempo que estas aves llevan relacionándose con los humanos.
Ahora sigue otra investigación para conocer si las palomas aprenden que los seres humanos cambian de ropa y así utilizan las carácteristicas estables para el reconocimiento, o si hay una base genética para esta habilidad, unida a la domesticación o a haber evolucionado en un entorno urbano.