Hay gatos que son tranquilos, como también otros que son bien malas pulgas.
Que mejor ejemplo que de este minino que al mas mínimo encuentro con otro de su especie, adopta la posición digna de un combate de karate para hacerle frente.
Hay gatos que son tranquilos, como también otros que son bien malas pulgas.
Que mejor ejemplo que de este minino que al mas mínimo encuentro con otro de su especie, adopta la posición digna de un combate de karate para hacerle frente.